Ciego junto al malecón
Me encontraba echado con ella en el sofá, disfrutando un momento juntos, diciéndole que había sido todo una coincidencia habernos encontrado y que todo sea tan celestialmente real. Conversamos y hablábamos sobre lo que habíamos hecho ese año nuevo del 2008, sobre las cosas que pasaban por nuestra cabeza esa época que no nos conocíamos. Ella me contaba que la había pasado en Punta Hermosa, en un chévere departamento frente al mar, justo en el malecón, un edificio azul frente a una tienda. Yo le dije que la había pasado también en Punta Hermosa, en un chévere departamento frente al mar, justo en el malecón, en un edificio azul frente a una tienda. Quedamos alucinados por la coincidencia. Por esos avatares del destino y quizás vaticinando lo que pasaría ese año, pasamos quasi juntos las doce de ese año nuevo que despedía el 2007 y daba la bienvenida al 2008, ella con su enamorado y yo con la chica que por esa época rondaba mis días. Es curioso pensar que ambos besábamos labios ajenos, amb...