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Mostrando entradas de octubre, 2010

3. Pia. Un verano de calor y sobrepeso.

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Si bien Pia había besado a más de un sapo que no se había convertido en príncipe, seguía con ánimos y sonriente. Le había llenado de angustia en algunos tiempos esos sapos que lograron ilusionarla pero la nueva mudanza hacia el departamento de Lorena no le había dejado mucho tiempo para volver a pensar en ellos. Lorena era un amiga que recién conocía, una amiga de saltarines, robustos y juergueros 25 años, eso contagió mucho a Pia, se infectó de todo el bullicio de noches pintadas por luces de neón, de canciones que no tenían un fin, de tragos que sabían tan igual a como se veían. Lorena era una chica bastante light, yo la veía como una robot muy bien diseñada, con robustas piernas, delicada cintura, prominentes pechos, una sonrisa cautivante y con un chip dentro de su cerebro que daba órdenes estrictas de "NO ENAMORARSE". La torta se volteaba con ella, en su caso no eran los hombres que jugaban con ella, ella jugaba con los hombres. Cuando la conocí, como todo chico que cono

2. Pía. Esto es lo que mereces.

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Pía lo conoció en el matrimonio de un amigo, en una de esas salidas bochornosas que sus amigos concretan para ella con el afán de poner fin a tu soltería infinita. Sus amigas o estaban casadas o tenían sus bebes y Pía seguía quedando en el tintero, al borde, al filo de encontrar a alguien y al final no hacerlo. Mercedes, su amiga, había decidido hacer de Cupido y concreta con Pía ir al matrimonio en parejitas, ella ya le tenía listo una parejita. Gustavo era amigo del esposo de Meche, Ingeniero Electrónico, el tipo no tenía el gran porte de Rubén, era más bien un tanto chiquito para la figura espigada de Pía, cabello con raya al costado, ojos un poco caídos y una sonrisa algo tonta. Coincidieron en el departamento de Meche y dispararon palabras rápidas, escuetas pero muy respetuosas. Gustavo a primera vista no era de agrado a Pía, ella fue tan cordial como siempre es, con risas a veces fingidas para quedar bien, conversaciones que no interesaban mucho, él dejaba claro constancia que