Polarizándome ...

Solíamos, en el almuerzo, hablar de todo, desde nuestros días en el colegio, hasta las experiencias sexuales que teníamos, algunas sorprendentes otras más tradicionales. Tomamos esa hora de almuerzo como una catarsis, una forma de expresión en donde hablamos de amores pasados, presentes y ausentes. En una de esas calenturientas conversaciones una amiga soltó una teoría algo atrevida. Polarizó a hombres y mujeres en dos adjetivos. Hombres Pendejos o huevones. Mujeres: Pendejas o cojudaz. Sin generalizar creo que hay algo de cierto. ¿Por qué lo creo?, porque he conocido patas de los dos polos, del pata bien pendejo que difícilmente se transforma en huevón, el pata que trampea sin remordimientos ni reproches, hasta conocer al bien huevón que no tiene nada de pendejo, el huevón que es el títere de la titiritera dueña, su enamorada. Me he dado cuenta que suele haber esta polarizacion, que nos disfrazamos sin darnos cuenta en uno de estas dos caricaturas. Por otro lado, también he visto la p...