La primera salida.
Después de conocernos por muchos años y ser hasta la fecha los amigos más entrañables, era la primera vez que salíamos juntos fuera del barrio, a una noche de juerga total. Yo, disfruté de mi soltería, valga la redundancia, solo, junto a mi amigo barranquito logramos una dupla de solteros en la que decir No en una noche era poco probable. Sin embargo ellos aún seguían batallando en sus relaciones amorosas. Ellos se privaban de noche junto a mi y a Roberto, en pro de salvaguardar sus relaciones, no pisaban lugares impuros como discotecas y bares. Cuando me reunía con ellos nuestro espacio de actuación se limitaba a cuatro paredes que podía ser, mi casa o sus casas. Si bien esos momentos los disfrutábamos conversando de todo, a mi criterio era justo y necesario abrir la jaula para dejarnos salir.
Debido a circunstancias que sólo ellos saben, sus relaciones llegaron a su fin, por un lado el dolor y la no acepción de las cosas, por el otro la erradicación brutal de todo un pasado. Mis dos amigos eran dos polos opuestos, mientras que uno aún luchaba por ese duro paso de estar con alguien a aprender a estar solo, el otro dio un salto veloz, sepultando el pasado, que era eso mismo, pasado.
Ese día, conocimos un poquito más de cada uno, salimos del departamento y fuimos al Tizón, bar que ya calificamos como una casa. Llegamos y seguimos apiñados a la barra dejamos que el licor haga lo suyo, whisky, cerveza y Agua Sucia (Trago exclusivo del bar, que sirve si es que deseas borrar pasajes de una noche loca). Los ánimos se levantaban como espuma de cerveza vertida en vaso delgado, uno de mis, ahora solteros amigos Javier, casi le hablaba al oído a la chica que nos empezó a acompañar, Roberto en la barra en una provocativa charla con dos féminas, Toño mirando y analizando el panorama que tiempo después lo haría suyo y yos disfrutando de mi muy helada cerveza.
Después que Javier acabo el Agua sucia, se convirtió en el Broncano del Tizón, El Mike Tyson de la Barra, el Hércules de cada rincón. Cuando iba al algún lado nadie lo podía tocar porque se irritaba, así tres conatos de bronca entumecieron aquel jolgorio, no se porque, mi amigo, “el Broncano”, estuvo inmiscuido en tres broncas sin razón, ya pasado el accidente veía como estos tres chicos con los que mi amigo había tenido altercados, tocando la puerta del tizón buscando su retorno. Como les dije, el bar es como nuestra casa y era poco probable que a mi amigo lo botaran aun teniendo la culpa, Javier estaba en su cancha y tuvo las de ganar, es como cuando Boca Juniors juega en la Bombonera.
Después “El broncazo” se convirtió en un muñeco porfiado, que iba y venía de un lado a otro, recuerdo cuando lo agarré cruzando las pista sin saber su dirección, lo abracé y lleve al bar, quedando sentado y en coma etílico.
Mientras todo eso le ocurría a Javier, Toño se convertía en el Bond, en el James Bond del bar, El Brad Pit de barranco, el casanova de la noche. Cuando Roberto me llamó y me dijo que lo acompañara a él y a las dos señoritas que estaban ahí, fui acompañado de la botella de whisky y de Toño, dejando en jake a dos patas que entendieron la indirecta y desistieron en el batallar por la atención de estas damas. Las saludé y mientras conversaba con ellas entra en escena Toño, dejándome perplejo frente a su sagaz arremetida contra las niñas. Las miró, dio una sonrisa coquetona y me dijo:
T: Pero porque no presentas a tus amigas
Yo: (Porque recién las conozco, por ende no recuerdo su nombre)
Miré a las chicas y solo me alcanzo sonreírles y decirles que les presentaba a Toño, Toño Sonreía y se acercaba a dar el beso de saludo, pero este muchacho no dio solo un beso, sino dos, dos besos en cada mejillas, un total de cuatro besos, mientras que se fanfarroneaba diciéndoles que el era así, que le gustaba dar besos a la española y por eso hacia la diferencia, yo lo miraba sin entender que hacia, era mi mirada de confusión y de sarcasmo frente a tamaño suceso. Toño se convirtió en minutos y con varios tragos en un divo, se acercaba a las chicas y les conversaba sin reparo.
Avanzaba la noche y Toño seguía pululando en cada rincón del bar abordando sin bochorno a cuanta fémina se le presentara. Estando en la barra llamaba a Roberto para decirle que ya era hora de partir, él conversaba con Charo, muchacha DJ del bar, cuando sin pronosticarlo Toño entra en la escena y empieza a hacer bailes sinuosos a Charo, coqueteando con cada movimiento de cadera, él era un chico del Piso 14 (famoso night club para mujeres de Lima), haciendo todo un trabajo bailístico a Charo, que sin pedirlo tuvo por unos momentos un show propio. Después de este baile provocador y de nuestra perplejidad por lo que hacia Toño, se fue arrimando a una silla al costado de Javier, donde cayó muerto, apagó el motor que esa noche lo guiaba.
Después de unos minutos vemos como Javier y Toño dormían agarrados de la mano, imagen algo bochornosa para el bar, una imagen de pura amistad, dando el mensaje subliminar que en las buenas y en las malas, en la sobriedad y en la embriagues, siempre estarán juntos, aunque nosotros no nos agarramos de la mano como ellos, saben que también estaremos ahí para todo.
En la mañana despertamos en el departamento de Roberto y como era de esperarse, ninguno de los dos recordaba nada, refrescamos la memoria y los fhasback venían poco a poco. Acabamos esa jornada alimentándonos en un restaurat y riendo de las cosas que la noche nos deparó y, yo, habiendo conocido un poco más a mis amigos.
Debido a circunstancias que sólo ellos saben, sus relaciones llegaron a su fin, por un lado el dolor y la no acepción de las cosas, por el otro la erradicación brutal de todo un pasado. Mis dos amigos eran dos polos opuestos, mientras que uno aún luchaba por ese duro paso de estar con alguien a aprender a estar solo, el otro dio un salto veloz, sepultando el pasado, que era eso mismo, pasado.
Ese día, conocimos un poquito más de cada uno, salimos del departamento y fuimos al Tizón, bar que ya calificamos como una casa. Llegamos y seguimos apiñados a la barra dejamos que el licor haga lo suyo, whisky, cerveza y Agua Sucia (Trago exclusivo del bar, que sirve si es que deseas borrar pasajes de una noche loca). Los ánimos se levantaban como espuma de cerveza vertida en vaso delgado, uno de mis, ahora solteros amigos Javier, casi le hablaba al oído a la chica que nos empezó a acompañar, Roberto en la barra en una provocativa charla con dos féminas, Toño mirando y analizando el panorama que tiempo después lo haría suyo y yos disfrutando de mi muy helada cerveza.
Después que Javier acabo el Agua sucia, se convirtió en el Broncano del Tizón, El Mike Tyson de la Barra, el Hércules de cada rincón. Cuando iba al algún lado nadie lo podía tocar porque se irritaba, así tres conatos de bronca entumecieron aquel jolgorio, no se porque, mi amigo, “el Broncano”, estuvo inmiscuido en tres broncas sin razón, ya pasado el accidente veía como estos tres chicos con los que mi amigo había tenido altercados, tocando la puerta del tizón buscando su retorno. Como les dije, el bar es como nuestra casa y era poco probable que a mi amigo lo botaran aun teniendo la culpa, Javier estaba en su cancha y tuvo las de ganar, es como cuando Boca Juniors juega en la Bombonera.
Después “El broncazo” se convirtió en un muñeco porfiado, que iba y venía de un lado a otro, recuerdo cuando lo agarré cruzando las pista sin saber su dirección, lo abracé y lleve al bar, quedando sentado y en coma etílico.
Mientras todo eso le ocurría a Javier, Toño se convertía en el Bond, en el James Bond del bar, El Brad Pit de barranco, el casanova de la noche. Cuando Roberto me llamó y me dijo que lo acompañara a él y a las dos señoritas que estaban ahí, fui acompañado de la botella de whisky y de Toño, dejando en jake a dos patas que entendieron la indirecta y desistieron en el batallar por la atención de estas damas. Las saludé y mientras conversaba con ellas entra en escena Toño, dejándome perplejo frente a su sagaz arremetida contra las niñas. Las miró, dio una sonrisa coquetona y me dijo:
T: Pero porque no presentas a tus amigas
Yo: (Porque recién las conozco, por ende no recuerdo su nombre)
Miré a las chicas y solo me alcanzo sonreírles y decirles que les presentaba a Toño, Toño Sonreía y se acercaba a dar el beso de saludo, pero este muchacho no dio solo un beso, sino dos, dos besos en cada mejillas, un total de cuatro besos, mientras que se fanfarroneaba diciéndoles que el era así, que le gustaba dar besos a la española y por eso hacia la diferencia, yo lo miraba sin entender que hacia, era mi mirada de confusión y de sarcasmo frente a tamaño suceso. Toño se convirtió en minutos y con varios tragos en un divo, se acercaba a las chicas y les conversaba sin reparo.
Avanzaba la noche y Toño seguía pululando en cada rincón del bar abordando sin bochorno a cuanta fémina se le presentara. Estando en la barra llamaba a Roberto para decirle que ya era hora de partir, él conversaba con Charo, muchacha DJ del bar, cuando sin pronosticarlo Toño entra en la escena y empieza a hacer bailes sinuosos a Charo, coqueteando con cada movimiento de cadera, él era un chico del Piso 14 (famoso night club para mujeres de Lima), haciendo todo un trabajo bailístico a Charo, que sin pedirlo tuvo por unos momentos un show propio. Después de este baile provocador y de nuestra perplejidad por lo que hacia Toño, se fue arrimando a una silla al costado de Javier, donde cayó muerto, apagó el motor que esa noche lo guiaba.
Después de unos minutos vemos como Javier y Toño dormían agarrados de la mano, imagen algo bochornosa para el bar, una imagen de pura amistad, dando el mensaje subliminar que en las buenas y en las malas, en la sobriedad y en la embriagues, siempre estarán juntos, aunque nosotros no nos agarramos de la mano como ellos, saben que también estaremos ahí para todo.
En la mañana despertamos en el departamento de Roberto y como era de esperarse, ninguno de los dos recordaba nada, refrescamos la memoria y los fhasback venían poco a poco. Acabamos esa jornada alimentándonos en un restaurat y riendo de las cosas que la noche nos deparó y, yo, habiendo conocido un poco más a mis amigos.
Gráfica: Jorge Luis Aviles Salas. Mi amigo, el sapito, que escribe estas lineas para ustedes.
El canchero: el q se tira sin casco con lentes, tranquilo porque esta en sus terrenos
El que retorna: con casco bien equipado regresando a su s canchas
El necio: el que no quiere soltarse por falta de voluntad
El que retorna: con casco bien equipado regresando a su s canchas
El necio: el que no quiere soltarse por falta de voluntad
Canción de Mar de Copas que escuchamos antes de aquella salida.
Comentarios
Suerte raul
Saluditos!!!
esas borracheras entre amigos son las mejores!!
que vivan!!
jejejje
ahh que buenos er amigos en las lucidas y las lagunas!
jajajaj
grax por ti visita a mi blog!
estaremos en contacto!
besos!
Ahora que estamos cerca, ya podremos vernos, yo estoy cerquita a mantaro;)
Besos
C.
De todas maneras, a pesar del comportamiento del "Broncano" y la actuación stripperciana de otro de tus amigos...noches como esa en definitiva quedarán como un bonito recuerdo cuando uds. ya estén entrados en años, jajaja, qué tal borrachera carajo!!!!!
(*esa boca mía xD)
Saluditos!!
que bien que se divirtieran juntos, total de vez en cuando no ahce daño, es mas! segun un ultimo estudio ayuda en la salud!
buena cronica de una noche festejada!
=D