La fealdad, la salsa y el amor.
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Sabor y Control en la Quinta Carbone, Barrios Altos. |
Una amiga me dice que del Tizón sale gente fea, esbozo una
sonrisa y me pregunto “yo soy feo” no me creo feo y mi espejito siempre me dice
lo contrario o me gusta pensar que me lo dice. Ella me vuelve a decir “justo que
salí del Dragón la gente que salió del Tizón estaban haciendo chongo y como que
no” nuevamente sonrío y creo que ella quizá no conocerá más de lo que le puede
dar esas discos medio “chics” que el camino le expone. No creo que haya gente
fea en El Tizón, creo que es gente tan común y diversa como la hay en nuestra Lima “panza de
burro”. Me gusta mezclarme con gente de todo tipo, del tipo de la
discoteca de donde salía mi amiga, del tipo de El Tizón que no son feos, más
bien normales y algunos raros, como aquel muchacho que encontrábamos siempre los
fines de semana parado en una columna del local, con un vaso de Cuba Libre, sin
hablar, sin decir nada, solo mirando alrededor, o aquella chica que lloraba desconsoladamente en
el sofá porque su novio la había dejado, o aquellas chicas guapas que se besaban
desenfrenadamente en medio de la pista de baile, o mi amigo que siempre hacia
chongo pasada los grados de licor en sus venas. Todos somos raros mas no feos,
quizás yo le parezca raro a aquel tipo vestido totalmente de negro, con
pantalón pitillo, y labios pintados del mismo color, quizás el no comprenda
porque ando con jean azul flojo, o con camisa a rayas, quizás piense que soy un
tipo más del común y que es raro que no me fume un porro. Mi amiga tiene ese
concepto algo erróneo del bar que frecuento, para ella es mejor vivir en un
ambiente que cree no es raro, aunque desconozca que hay tanto de raro y de feo
por más que te digan en la entrada “se reserva el derecho de admisión”.
(…)
Parece que cuando se el barrio se impregnada de salsa hacen una
combinación celestial. Cuando estaba en ese estrecho callejón de la calle Don
Bosco en Breña y la orquesta empezó a tocar, sentía que no todos los días pasa esto, que no
todos comparten un gusto muy arraigado que sin creerlo siempre estuvo ahí, que
el barrio es salsa y la salsa es el barrio. En el estrecho callejón la gente
iba llegando, las orquesta ya estaba embalada los timbales y las trompetas
llenaban el primer y segundo piso de ese estrecho callejón. Los patriarcas de
ese barrio a un costado, sentados en una banca pasaban con religiosidad la
botella de cerveza mientras disfrutaban la música de Sabor y Control.
El segundo concierto fue en La Quinta Carbone en Barrios
Altos, de por si al escuchar el nombre del barrio dudas un poco, vacilas y
crees poner en duda tu seguridad, pero te arriesgas como hipnotizado por los
timbales que aun siguen sonando en tus oídos. Sí, dudamos un poco de poder ir,
pero sabíamos que son momento que no suelen suceder siempre. En la quinta
Carbone se sintió más ese ambiente familiar que adquiere un barrio, un ambiente
de conocidos, un ambiente de fiesta. Con los dos conciertos me di cuenta que no
hay música que encaje mejor en estas calles, en calles estrechas con pistas a
desnivel, calles con su grado de peligrosidad; la salsa es la reina en cada esquina,
no hay más.
(…)
6 de diciembre 2:50 am. Aún sabiendo que faltan muchos días
para que el día pactado que tú elegiste para alejarnos llegue, no deseo que
pase. No entiendo por qué elegiste este mes o porque el destino hizo
que lo eligiéramos, un mes cargado de fiestas, de emociones y de enredos.
Siento que se pasara tan rápido y tan veloz, que no me dejará
disfrutarte el tiempo que quiero. Ya han pasado casi tres meses desde la
primera vez que nos besamos, un día que me dejé llevar por tu escalofriante modo
de bailar, confieso que tus labios me llamaban, tenerte tan cerca hizo que me
diera la idea de darme un beso. A esta hora de la madrugada pienso en
todo eso, desde la primera ves que nos besamos hasta los encuentros más
frecuentes que tenemos. Con tan solo
tres meses has podido cambiar en algo mis pensamientos madrugadores, eres la
chica en la que pienso cuando llego del trabajo, me fascina oler tu perfume
cuando llego a mi casa, siento que aún sigues conmigo y puedo extender un poco
más ese poco tiempo que podemos destinar a nosotros.
Miércoles 9 01:57 a.m. He pasado el feriado metido en una computadora haciendo trazos y dando vueltas en mi cabeza la ficticia imagen de una catálogo que guste a mi cliente. Lo que me da vueltas a la cabeza es también tu imagen, he vuelto a ver las fotos que nos tomamos en lunes cuando salimos y revivo cada momento. La verdad quise hacer algo diferente a lo ya habíamos hecho (salir a lugares algo discotequeros cerca al trabajo) Quería irme contigo lejos de todos, lejos de los murmullos, de los chismes, de las habladurías.
Debo
confesar que mientras escuchaba la música del piano y sentía tus besos, cerré
mis ojos y catalogué ese momento como el mejor que he tenido en bastante tiempo.
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