Feliz día viejo.
Estando en primaria gané un concurso de dibujo impulsado por un colegio en mi distrito, cuando me dijeron que había ganado junto con otros amigos de mi salón, me sentí muy contento. Nos invitaban a recibir nuestro premios acompañados de nuestros papás, la cara se me cuadriculó cuando leí eso, puesto que la relación con mi padre no era como la que mis amigos tenían con los suyos, era un tanto lejana, a mi padre lo veía como el señor de la casa a quien nunca le daba tanta confianza y había que tratarlo con el sumo de los respetos. Creo que nunca le llegué a contarle de dicho premio, recuerdo que fui solo a recibirlo junto a los demás papás. A veces de niño no entendí el poco acercamiento que tenía con mi padre, a diferencia de mis amigos, mi papá nunca iba a las actuaciones, a las reuniones, ni jugaba fulbito en el equipo de papás de mi salón de primaria, sin embargo, de niño me alegraba verlo cuando me iba a recoger del colegio, el que fuera a recogerme era un paso asegurado por la pastelería y devorar el bocado que me compraría, me gustaba mucho esos momentos.
Debe ser por tu edad o porque fui el último de mis hermanos que nuestros mundos se encontraban muy alejados, yo creaba mi mundo y siempre toda su vida me parecía una incógnita. Recuerdo las visitas que hacia a su trabajo, ver su escritorio, como se desenvolvía dentro de su oficina mientras que yo lo esperaba para que se de un tiempo y fueramos a la cafetería de la universidad y me invitara lo que quisiera, nos sentábamos juntos respirando un aire tranquilizador en las primeras incursiones que hice a la universidad que años después me acogería como alumno.
Conforme crecí el abismo que había entre los dos se fue diluyendo, cuando entré a la universidad y lo tenía muchos más cerca, compartimos más momentos juntos, los huecos que dejaba entre curso y curso era un perfecto aliciente para ir a visitarlo en su departamento, me acogía con una alegría grande, la cafetería de Letras fue testigo de múltiples almuerzos con mi viejo, él caminaba orgulloso junto a mí y me presentaba a sus amigos de la universidad con los que también compartimos esas tardes.
Tuve un sentimiento encontrado cuando llegó el día de su jubilación, por una parte me alegré porque sabía que ahora él descansaría de tanto trabajo arduo que tuvo, trabajo arduo para sacar adelante a mis tres hermanos y a mi, y por otro lado sentía mucha congoja porque ya no estaría conmigo en ese poco tiempo que me quedaba como alumno, ya no podría visitarlo en las tardes, ni tendríamos nuestros almuerzos acostumbrados.
Cuando acabe mis estudios, lo abracé le besé la calva y le dije, gracias pá, y me negó con la cabeza, esto lo has hecho por ti mismo yo sólo estoy para apoyarte en todo, igual le di las gracias porque se lo merecía.
Cuando estuve más grande descubrí muchas cosas de mi papá que me hicieron pensar, que aunque fui el último suspiro, la cerecita de la familia, el Benjamín, soy el que más me parezco a él. Cuando veía a los papás de mi salón jugar fútbol y no estaba el mío, pensaba que mi viejo no sabía pero ni parar un balón, pero era todo lo contrario, mi viejo paró mucho mas balones que todos juntos, fue uno de los mejores arqueros que hubo, el me comentaba sus historias cuando nos tomábamos unas cervezas y me parecían increíbles. Debo confesar que algunas no las creí, pero un día, cuando fui a comprar tres cervezas para degustar con mis amigos, un señor le dijo al otro, él es el hijo de Domínguez, aquel señor cuando pronunciaron mi apellido se paro cual resorte y me dio la mano diciéndome, tu papá es el mejor arquero que he visto, luego de eso me invitó un vaso salud. Me pareció alucinante, mi viejo hizo historia. Tantas historias que ahora ya se de mi papá que de niño no tenia la más remota idea, me hacen saber que mi papá vivió una juventud excelente, que no se arrepiente de cada paso que dio y nos quiere horrores dios me ha dado unos hijos maravillosos, emocionado decía el día de su cumpleaños.
Ahora él esta en la casa, siempre que llegó del trabajo me recibe y me pregunta como me fue y disfruto al máximo cuando después de todo el tiempo que el me invitaba a comer, ahora ser yo quien le diga papá vamos a comer algo yo invito, mi viejo se emociona o darle alguna propina caletona para que haga sus apuestas en el hipódromo.
Al igual que él juego fútbol, no tan bien pero lo hago; al igual que él fui acolito, ayudando al cura en las mismas; al igual que él se hacer un buen ceviche (de tanto verlo aprendí); al igual que el tengo un carácter alegre y tranquilo, no soy tan renegón (eso lo sacó mi hermano) y por último, desafortunadamente para mí, creo que al igual que él también me quedaré calvo, dios no lo quiera.
Gracias viejo por todo lo que me has dado siempre, por todo el cariño incondicional y por formarnos con tantos valores que siempre serán importantes. FELIZ DIA VIEJO. FELIZ DIA DON MOISES.
Debe ser por tu edad o porque fui el último de mis hermanos que nuestros mundos se encontraban muy alejados, yo creaba mi mundo y siempre toda su vida me parecía una incógnita. Recuerdo las visitas que hacia a su trabajo, ver su escritorio, como se desenvolvía dentro de su oficina mientras que yo lo esperaba para que se de un tiempo y fueramos a la cafetería de la universidad y me invitara lo que quisiera, nos sentábamos juntos respirando un aire tranquilizador en las primeras incursiones que hice a la universidad que años después me acogería como alumno.
Conforme crecí el abismo que había entre los dos se fue diluyendo, cuando entré a la universidad y lo tenía muchos más cerca, compartimos más momentos juntos, los huecos que dejaba entre curso y curso era un perfecto aliciente para ir a visitarlo en su departamento, me acogía con una alegría grande, la cafetería de Letras fue testigo de múltiples almuerzos con mi viejo, él caminaba orgulloso junto a mí y me presentaba a sus amigos de la universidad con los que también compartimos esas tardes.
Tuve un sentimiento encontrado cuando llegó el día de su jubilación, por una parte me alegré porque sabía que ahora él descansaría de tanto trabajo arduo que tuvo, trabajo arduo para sacar adelante a mis tres hermanos y a mi, y por otro lado sentía mucha congoja porque ya no estaría conmigo en ese poco tiempo que me quedaba como alumno, ya no podría visitarlo en las tardes, ni tendríamos nuestros almuerzos acostumbrados.
Cuando acabe mis estudios, lo abracé le besé la calva y le dije, gracias pá, y me negó con la cabeza, esto lo has hecho por ti mismo yo sólo estoy para apoyarte en todo, igual le di las gracias porque se lo merecía.
Cuando estuve más grande descubrí muchas cosas de mi papá que me hicieron pensar, que aunque fui el último suspiro, la cerecita de la familia, el Benjamín, soy el que más me parezco a él. Cuando veía a los papás de mi salón jugar fútbol y no estaba el mío, pensaba que mi viejo no sabía pero ni parar un balón, pero era todo lo contrario, mi viejo paró mucho mas balones que todos juntos, fue uno de los mejores arqueros que hubo, el me comentaba sus historias cuando nos tomábamos unas cervezas y me parecían increíbles. Debo confesar que algunas no las creí, pero un día, cuando fui a comprar tres cervezas para degustar con mis amigos, un señor le dijo al otro, él es el hijo de Domínguez, aquel señor cuando pronunciaron mi apellido se paro cual resorte y me dio la mano diciéndome, tu papá es el mejor arquero que he visto, luego de eso me invitó un vaso salud. Me pareció alucinante, mi viejo hizo historia. Tantas historias que ahora ya se de mi papá que de niño no tenia la más remota idea, me hacen saber que mi papá vivió una juventud excelente, que no se arrepiente de cada paso que dio y nos quiere horrores dios me ha dado unos hijos maravillosos, emocionado decía el día de su cumpleaños.
Ahora él esta en la casa, siempre que llegó del trabajo me recibe y me pregunta como me fue y disfruto al máximo cuando después de todo el tiempo que el me invitaba a comer, ahora ser yo quien le diga papá vamos a comer algo yo invito, mi viejo se emociona o darle alguna propina caletona para que haga sus apuestas en el hipódromo.
Al igual que él juego fútbol, no tan bien pero lo hago; al igual que él fui acolito, ayudando al cura en las mismas; al igual que él se hacer un buen ceviche (de tanto verlo aprendí); al igual que el tengo un carácter alegre y tranquilo, no soy tan renegón (eso lo sacó mi hermano) y por último, desafortunadamente para mí, creo que al igual que él también me quedaré calvo, dios no lo quiera.
Gracias viejo por todo lo que me has dado siempre, por todo el cariño incondicional y por formarnos con tantos valores que siempre serán importantes. FELIZ DIA VIEJO. FELIZ DIA DON MOISES.
Avisos Parroquiales: Un saludo a todos los papás que pasen por este blog. A los papás que conozco, a los papás de mi promoción del colegio, a los papás de mi familia, a los papás que son mis amigos y no veo mucho; disfruten su día que se lo merecen, son el pilar de todos nuestros éxitos.
En la primera foto, mi papá esta en el grupo de los que están parados, el que tiene su camiseta de color diferente, es decir, el arquero.
Comentarios
Me gustó mucho tu post... insisto, me parece que cada vez reflexionas más en tus post.
Cheers!!!
Muy buen post mi estimado, la alegria y el orgullo de tu padre se refleja en todo lo que nos cuentas.
Es que el día del padre es tan importante cmo el de la madre, creo que en una familia, ambos juegan un rol fundamental.
Muchos abrazos fuertes!
Su amiga bloggera colega comunicadora.
Feliz día a los 'apis!!! Jajajaja
Saludos!! ^^
jejeje, trabajas en radio corazón?
Feliz día a don Moises y a don Simón :P