Madrugadas
Aún el celular sigue con vida, aún escucho que su respirar me llama, dice mi nombre, sueño conmigo un sueño. Imagino su rostro sobre la almohada, sus ojos cerrados, su boca entreabierta y siento que la beso, siento su piel sobre la mía. Estoy junto a ella en el silencio de su cuarto, los minutos en mi celular siguen pasando y no quiero que se detengan. Le hablo y le digo que la quiero, pero sé que no me escucha, pero sé que ese quiero deambula en su cama, que deambula en sus ojos cerrados, en su cuerpo. Creo que lo siente, porque escucho que voltea, busca otra posición en la cama, parezco un protagonista de su sueño, escucho sus sobresaltos e intento a pesar de la lejanía cobijarla, cuidarla. Lo minutos disminuyen y la comunicación se corta, me transporto nuevamente a mi cuarto. Ahora me toca dormir con el sonido de su respiración junto a la mía, con el sabor de su beso, de sus labios que en madrugadas frías me llaman y yo las requiero, me hacen falta. El sueño se apodera de mí, duermo con el sabor de sus labios que no puedo ni quiero quitarme, mi habitación se hace más oscura, ya no hablo, ya no pienso, ya no vivo, pero siento su cuerpo junto al mío en el último aliento de esta noche. 2:32 a.m Hola y adiós 6 de agosto. Hola y adiós amor.
Todavia - Gianmarco
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